miércoles, 17 de julio de 2013

El Camino Espiritual:


















El Camino Espiritual: Cómo encontrar el significado de la vida antes de que la vida llegue a su fin


“Más allá de lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo, hay un espacio.
Allí he de encontrarte.” Rumi

La magia y el poder de la metáfora siempre me han fascinado. De niño, me sorprendía ver a alguien lo suficientemente talentoso como para contar una historia contando otra. ¿Cómo lo hacía? Entonces, después de haber comenzado mi propia búsqueda del sentido oculto de una existencia que de otro modo no hubiera tenido sentido alguno, me ponía a leer y me cautivaba extrañamente el simbolismo de Platón, John Donne, William Blake, Rilke y otros poetas místicos. ¿Qué me pasaba? ¿Por qué? ¿Con qué fin escribían estos autores? ¿Y por qué esta extraña resonancia emocional en mi corazón cuando leía o escuchaba sus poesías como si las hubiera leído o escuchado antes?

En este artículo exploraré esas preguntas. No como un académico dándote una conferencia, sino como un contador de cuentos finalmente atrapado y cuestionado por su lector.
Lector: ¿Qué es el camino espiritual?
Cuentista: Comencemos con una Metáfora. El Camino Espiritual es como tener un sueño. Es el crepúsculo. Te encuentras en una Selva Tropical caminando a lo largo de un Camino Angosto. Fuera del Camino, a ambos lados, hay extraños animales salvajes que te miran amenazadores, pero no te dañan. Caminas a lo largo del Camino Angosto hasta llegar a una Pradera Abierta. Las personas ríen y hablan; te reciben con cálidos abrazos. Pero no te quedas. Por alguna razón, continúas caminando hasta alcanzar un Puente que conduce a través de los Rápidos Peligrosos de un Río. Vacilante, miras hacia la Pradera Abierta que dejaste atrás y tus amigos, y sigues adelante hacia el Puente que se vislumbra en el crepúsculo. Cruzas y ya en el otro lado pronto llegas a una Escalera que asciende hasta una Puerta Angosta. Con gran esfuerzo, subes los escalones. Llegas a la Puerta y la encuentras cerrada. Pero junto a ella hay una Llave. Tomas la Llave y, justo cuando estás abriendo la Puerta, te despiertas.

Para responder a tu pregunta de una manera más directa: No hay respuesta porque no hay un solo camino espiritual, sino caminos diferentes para personas diferentes. Algunos comenzamos en el medio, en la Pradera Abierta; otros al final, encontrando la Llave y abriendo la Puerta Angosta; mientras que otros empiezan en la Selva Tropical. E incluso otros vamos  hacia adelante por un tiempo —pasando de la Selva Tropical a la Pradera Abierta y luego al Puente— para después movernos a la inversa como una rollo cinematográfico retrocediendo.
Lector: Todo muy bien, muy interesante, no me cabe la menor duda, pero al final y al cabo, ¿qué significa?
Cuentista: Simplemente esto: No importa cuándo o dónde entremos en el Camino Espiritual o en qué dirección vayamos, hacia adelante o hacia atrás, el consenso entre todas las grandes escuelas y los grandes maestros del  Pasado es que, aunque todos los caminos puedan tener un comienzo diferente y  seguir cursos diferentes, TODOS los caminos poseen solo unos pocos elementos en común y llegarán a un mismo punto final tarde o temprano: la abertura de la Puerta Angosta con una Llave. Ciertos caminos incompletos conducirán, por supuesto, a diferentes finales. Este principio tiene un nombre. Se llama principio de invariabilidad.
Lector: Todavía no sé qué significa todo esto. ¿Lo sabes tú realmente?
Cuentista: Sí, empecemos con un camino espiritual que comience en la Selva Tropical. ¿Qué significa en realidad? La Selva Tropical es una metáfora de la influencia A. ¿Qué es? La influencia A es cuando escuchas que el despertador se apaga a las 6 de la mañana, te levantas y caminas dormido hasta la ducha si eres civilizado, luego te vistes, comes cereales fríos, te tomas un vaso de café caliente y meditas sobre el jefe que no quieres ver, si lo tienes, o el trabajo que debes buscar hoy si no lo tienes.
Pensarás que esta Selva Tropical finaliza por la noche cuando llegas a tu casa cansado, triste, un poquito enojado por las miserables intrigas que has atravesado en la oficina, con el jefe sobre el que meditabas por la mañana como epicentro, o por la terrible entrevista laboral por la que acabas de pasar. Pensarás que la Selva Tropical finaliza allí, pero no. Se extiende incluso en tus relaciones, tu vida sexual, hasta tus sueños, distorsionándolo y corrompiéndolo todo. Y nuevamente la alarma se para y tienes que levantarte. Esto es la influencia A.
Si nuestro Camino Espiritual comenzara y terminara solo con la influencia A, sería una tragedia terrible. Otro tipo de existencia no tendría sentido; no habría esperanza alguna para nuestra condición humana. Pero existe una Pradera Abierta justo más allá de la Selva Tropical  de la influencia A,  llamada influencia B. Allí encuentras letreros señalando el significado último de la existencia. No es que sean el significado en sí mismo pero apuntan a él. Te encuentras con hombres y mujeres que han dedicado sus vidas a apagar el despertador de las 6 de la mañana hasta las 6 de la mañana siguiente, para ellos mismos y para otros, y a practicar estilos de vida que en nada se parecen a lo que has experimentado en la Selva Tropical.
Allí, en la Pradera Abierta, encontrarás paz y tranquilidad en las antiguas  enseñanzas de Buda, Milarepa, Lao Tsé, el Evangelio de Tomás, el monje anónimo inglés, el Mahabarata, Rumi. Y magníficas revelaciones en las obras de Shakespeare, Cervantes, Calderón, Walt Whitman, Daumal, Rilke, Borges. Y una nueva psicología de ser, pensar y sentir en los escritos del Cuarto Camino de Gurdjieff, Ouspenky y Rodney Collin.
Pero no puedes quedarte atascado allí tampoco. Nunca olvides que esas grandes enseñanzas y obras, sin excepción, constituyen simplemente influencia B: letreros, magníficos y extraordinarios, pero no el último significado en sí mismo. Solo letreros que apuntan hacia él.
Lector: Bueno, entonces ¿cuál es el último significado y cómo puede uno experimentarlo directamente?
Cuentista: Antes de contestar tu pregunta, terminemos de  decodificar la Metáfora. Además de la Selva Tropical de la influencia A y de la Pradera Abierta de la influencia B hay un Puente que lleva a través de los Rápidos Peligrosos y que debes cruzar tarde o temprano si eres lo suficientemente afortunado como para encontrarlo. Este Puente tiene un nombre: es una escuela real esotérica como la Fellowship of Friends.
En nuestra Escuela tenemos ejercicios de Escuela reales, Tareas de Escuela reales que a nadie le gustan y objetivos reales de Escuela diseñados para en verdad llevarte a salvo a través de los Rápidos Peligrosos de tus propios yoes autodestructivos. Así es, esta precipitada corriente fragorosa que debes cruzar tarde o temprano es la corriente de la que llamas tu propia consciencia, aunque en realidad es tu propia corriente de sueño, lo que se conoce como segundo estado de los muchos yoes. Los Rápidos Peligrosos de este estado que necesitas cruzar tienen otros nombres: personalidad falsa, rasgos, topes y mentiras hacia ti mismo que te impiden alcanzar el Otro Lado.
En el otro lado del Puente y los Rápidos hay una Escalera que conduce a una Puerta Angosta. Para abrirla primero tienes que subir los escalones, luego hallar la Llave y finalmente abrir la Puerta. Encontrar la Llave no es suficiente. Estas cinco imágenes —Puente, Rápidos Peligrosos, Escaleras, Puerta Angosta y Llave— capturan la realidad de la vida en una Escuela como la nuestra bajo la guía, la protección y el cuidado de una influencia más elevada que las influencias A y B, denominada Influencia C.
Ahora, finalmente, puedo responder a tu pregunta: El último significado de la vida proviene directamente de abrir la Puerta Angosta de una Escuela a la Influencia C, pasando tú mismo por la Puerta y realmente despertando en el tercer y el cuarto estados. Tienes que destrabar y abrir la Puerta por ti mismo: nadie más puede.
Las antiguas enseñanzas dieron a esta experiencia los nombres de Tao, Nirvana, Dharma. Y en tiempos modernos, el sistema del Cuarto Camino de Gurdjieff y Ouspensky la llaman tercer y cuarto estados. En nuestra Escuela la llamamos Presencia. Una teoría es que todos la experimentamos de últimas al morir, entonces ¿para qué molestarse con ejercicios de Escuela, tareas, etc.? Parte de la más refinada poesía de Whitman se basa en esta teoría. Pero recuerda, es solo una teoría, lo que significa que puede estar trágicamente equivocada. Para su crédito, todas las grandes enseñanzas, tanto antiguas como modernas, enfatizan la importancia de no esperar a que la Muerte nos venza para ESTAR presentes. La presencia puede experimentarse ahora mismo.
Nuestra Escuela te enseña cómo SER esto.
Gilbert M.
Fellowship of Friends
Apollo, California,
EEUU



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martes, 2 de julio de 2013

Recuerdo de sí, boletín de julio de 2013

Julio de 2013


















El aliento de vida 


Los misterios órficos se dirigen al alma: “¡A ti, que respirarás otra vez el aire de los cielos, salud!”  Como lo describe Gurdjieff, respirar aire es uno de los tres tipos de alimento, junto con la luz y la comida. Sin este alimento, el organismo humano deja de funcionar, aunque la necesidad de cada alimento varíe. Uno puede vivir sin luz, literalmente, como por la noche o, psicológicamente, en imaginación. Puede pasar hambre, tanto de comida física como de experiencias que alimenten la mente y el corazón. Pero tiene que respirar, en un ciclo de tres segundos con poca variación. Este ritmo anónimo, sutil de la propia vida es tan consistente que no puede ser accidental. “El tiempo es respiración,” les dijo Gurdjieff a sus estudiantes, sin decir más. Pero Gurdjieff había señalado el significado del tiempo, no en su paso, sino como medida de la consciencia.


“Tu respiración es un reloj sagrado: ¿por qué no usarlo para mantener el tiempo con el nombre de Dios?” Hafiz 


Desde que el ciclo de la respiración es mecánico, y que “cada respiración trae un nuevo pensamiento,” como observa Rodney Collin, uno se da cuenta de que este ciclo repetitivo le trae una ventaja a los propios esfuerzos. Un ‘yo’ se vuelve el estímulo para la consciencia, en lugar de la identificación. “En el momento que un pensamiento aparezca en tu mente,” dice un maestro zen, “¡despierta justo entonces y allí!” Uno ha descubierto un propósito práctico para su trabajo interior, un foco para lo que quiere lograr. El despertar no ocurre en un lugar abstracto, no físico, sino literalmente dentro de sí mismo.


“En tu búsqueda de la respiración inmortal, debes regular la respiración ordinaria para encontrar su fuente.”  Maestro taoísta

Con este propósito, uno toma una respiración mientras hace un esfuerzo por estar presente. Cuando aparecen ‘yoes,’ se rehúsa gentilmente a permitirles interrumpir la presencia. La consciencia crece y los ‘yoes’ se retiran. A veces se entra en un silencio perfecto, interior.  Luego de algunos momentos, la respiración se hace vigorosa, como si se estuviera respirando por primera vez. Uno está despierto, purificado de pensamientos. De esta manera, la respiración se vuelve un ritmo para los esfuerzos por despertar. En lugar del paso mecánico de la respiración, esta se vuelve la cronometrista de la presencia. 

“El aliento de vida es la consciencia de la vida.” Upanishads 

Julian B.
Estar Presentes







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