jueves, 16 de mayo de 2013

Estar presente a nuestra propia vida- Parte 2: Secuencias




¿Cómo puede uno llegar a estar más presente a su propia vida? En el último artículo se mencionaron diversos ejercicios prácticos para estar más presente: ejercicios de palabra, de postura, para el momento de la comida (como por ejemplo, no hablar mientras uno está comiendo) y ejercicios específicos emocionales como no expresar emociones negativas, ser considerados con otros y no desperdiciar nuestro tiempo ni el de otros en chisme inútil.



Lentamente, conforme avanza el tiempo, en una escala medida en años, estos ejercicios producen un resultado tangible real. Es como formar parte del público de un “Show Mágico” que se desarrollara en cámara lenta en la escala de meses y años. Además de ser miembro de la Audiencia, uno es tanto el Sujeto en el escenario como el Mago. Al practicar los ejercicios con consistencia, uno realmente se vuelve más presente a su forma de hablar, realmente ve los colores vibrantes en la rosa —sus rojos, sus naranjas, sus amarillos—, realmente saborea la comida y siente sus pies planos en el suelo liso, y realmente está más en paz emocional consigo mismo.



¿Pero resultados reales en años? ¿No hay un método más acelerado? Lo hay. Gurdjieff a menudo mencionaba un método más rápido para recordarse a sí mismo; lo llamaba la píldora del hombre ladino, pero nunca lo describió en detalle. Para él y para nosotros, el recuerdo de sí y estar presente son sinónimos.



¿En qué consiste esa píldora? Introducido por primera vez en 2006, empezó a circular y practicarse en nuestra escuela un ejercicio de seis palabras denominado secuencia. Similar al Padrenuestro, el mantra y otras oraciones repetitivas simples, la secuencia está diseñada tanto para acelerar la frecuencia del recuerdo de sí como para intensificarlo. Es la versión de la píldora del hombre ladino  de Gurdjieff para el siglo XXI.



¿Funciona realmente? Haciendo secuencias de manera correcta y consistente, poquito a poco uno experimenta más y más períodos de presencia, y debido a la inevitable naturaleza práctica de cada secuencia, va adquiriendo lentamente la voluntad interior para controlar las reacciones subjetivas a eventos, incluyendo la voluntad para aceptar las cosas tal como son y perdonar a otros y a sí mismo por lo que son.



¿Puedo aprender a estar más presente a mi vida por mí mismo? De últimas, cada uno de nosotros tiene que hacer su trabajo por sí mismo. Nadie puede hacerlo por nosotros. La pregunta real es si podemos aprender todo esto sin la instrucción o la supervisión apropiadas. Mírenlo de este modo: en teoría, uno puede aprender a conducir un auto sin supervisión, pero usualmente no lo hace. O puede aprender a nadar por sí mismo, pero no lo hace, o a maniobrar un avión por sí  mismo, pero busca instrucción por razones obvias. Es lo mismo en lo que se refiere a aprender a estar más presente a la propia vida usando secuencias. Teóricamente uno podría aprender a hacerlo por sí mismo, pero es más sabio, más rápido y quizás a veces más seguro buscar primero una guía. El propósito de una verdadera escuela esotérica es ofrecer la instrucción adecuada.



Gilbert M.


 ---x---


REUNIONES INFORMATIVAS GRATUITAS TODOS LOS MARTES
o llamar al (011) 4821-4808 desde la Argentina o al +5411-4821-4808 desde el exterior.

 

 




jueves, 2 de mayo de 2013

Recuerdo de sí, boletín de mayo de 2013

 















Profundizar nuestro trabajo: la tríada estática


En El Cuarto Camino, Ouspensky describe una tríada estática de la interacción de fuerzas que representa nuestro ser interior. Nuestro cuerpo y esencia desempeñan una fuerza neutralizante consistente, en tanto que las fuerzas activas o pasivas en nosotros cambian de acuerdo con nuestro sentido de identidad. 

¿Quiénes somos, realmente?
 

"Lo que perece no es real.”  Rumi 



Nuestro ser interior –y nuestra identidad más verdadera– cambia mientras nos desarrollamos en este trabajo.  Comenzamos con la personalidad falsa activa pero, para aquellos que desarrollan un centro magnético (un centro de gravedad dedicado a la búsqueda del despertar), la personalidad falsa puede comenzar a hacerse más pasiva. Esto representa el primer paso en una vida nueva: algo nuevo dentro de nosotros, que busca un nuevo significado para la locura de la vida ordinaria y un modo de escapar a las leyes innecesarias bajo las que estamos, comienza a guiar nuestra dirección.

Más tarde, cuando apliquemos métodos y técnicas de escuela y después de mucho trabajo y experimentación difícil, un mayordomo delegado puede surgir de este centro magnético. El mayordomo delegado y mas tarde el mayordomo (un grado de trabajo sobre sí posterior), desempeñan el rol de ordenar los muchos ‘yoes’ dentro  de nosotros y de mantener un lugar abierto a los estados superiores. Nuestro mayordomo comienza a poner la casa en orden y los muchos ‘yoes’ se vuelven sirvientes para su propósito, preparando la llegada del amo.


Si se forma un centro magnético en un hombre, puede que encuentre una escuela y, cuando comience a trabajar debe hacerlo contra la personalidad falsa.
El centro magnético puede transformarse en el mayordomo delegado y, cuando el mayordomo delegado adquiere control de la personalidad falsa, transfiere todo lo innecesario al lado de la personalidad falsa y solo lo necesario queda en el lado del ‘yo.’ Luego, en una etapa posterior, puede ser ese ‘yo’ permanente que venga al lado del  ‘Yo’ al que todo eso pertenece. Entonces los muchos ‘yoes’ estarán en el costado de la personalidad falsa, pero ahora no podemos decir mucho de eso.” P. D. Ouspensky, El Cuarto Camino



Cada cambio de identidad es una muerte. Los gustos y disgustos de los muchos ‘yoes’ y de centro magnético son inmateriales para el nivel de trabajo del mayordomo. Las justificaciones y expresiones de las debilidades principales dentro de nosotros son obstáculos para la casa ordenada que buscamos mantener. Hasta el tranquilo y competente mayordomo debe finalmente retirarse para dar al amo un amplio espacio para sí.

Porque el ‘Yo’ Real es el amo de la casa y al final reemplaza al mayordomo como cabeza de la casa. Este estado, extrañamente familiar, aparece brevemente al principio y luego por períodos más largos a medida que se profundiza nuestro trabajo. Ahora el mayordomo se retira, pero permanece disponible cuando se lo llama a servir las necesidades de la parte superior de nosotros. En este punto nos conocemos: somos, por fin, los señores y propietarios de nuestros rostros, los herederos del estado. 


“Piénsalo: ¿qué es verdaderamente tuyo?”  Epícteto

Nuestra verdadera identidad cambia, como se muestra en estas tríadas, desde lo que es curioso sobre el despertar, a lo que aprende y aplica métodos para permanecer relativamente ordenados y atentos a lo que está despierto y es libre. La libertad es nuestro derecho. Pero lo que la personalidad falsa considera libertad no es la libertad del estado despierto. El hombre despierto habita plenamente el momento presente, libre de preocupaciones subjetivas e internas, y capaz de responder a la voluntad de ese momento cuando la necesidad se presente y cuando vea un modo de servirlo.  

“Primero sufrió de los problemas de la espina pero, al final, todo se volvió rosa para él.” Rumi

Rowena L. 


--- x --- 

 
 

REUNIONES INFORMATIVAS GRATUITAS TODOS LOS MARTES
o llamar al (011) 4821-4808 desde la Argentina o al +5411-4821-4808 desde el exterior.

 


http://ggurdjieff.es/