EL EMBARAZO ESPIRITUAL (parte 2)
Acabamos
nuestra entrega previa con la frase: “El cuerpo es el ser inferior, pero
también contiene sitios reservados para
partes nobles. A ellas debe apelar para
lograr ser rescatado de esta situación...”
Para
entender esto, es necesario un breve resumen de cómo funciona el hombre y de
cuáles son sus posibilidades de desarrollo.
El
cuerpo humano tiene cinco funciones inferiores y dos superiores, y estas
funciones usan distinto tipo de combustible. Trabaja, en verdad, como lo puede hacer una
refinería de petróleo, donde en el proceso de obtener el producto más refinado,
se obtienen también subproductos más groseros.
“Lo
que es necesario comprender y lo que la ‘tabla de hidrógenos’ nos ayuda a asir,
es la idea de la completa materialidad de todos los procesos internos físicos,
emocionales, volitivos, y demás, incluso de las más exaltadas inspiraciones
poéticas, los éxtasis religiosos y las revelaciones místicas... Así vemos que
nuestro organismo tiene las distintas clases de combustible necesarios para los
diferentes centros. Los centros pueden compararse con máquinas que funcionan
con combustibles de distintas calidades. Una máquina puede hacerse funcionar
con residuo de petróleo o petróleo crudo. Otra requiere kerosén; una tercera no
funcionará con kerosén sino con gasolina. Las sustancias finas de nuestro
organismo se pueden caracterizar como sustancias de distintos puntos de
combustión.”
Peter D. Ouspensky[1]
Así,
en una tabla donde se dan valores a los distintos hidrógenos o combustibles que
usan los centros, vemos que al centro intelectual le corresponde funcionar con
hidrógeno 48, a los centros motriz e instintivo les corresponde el hidrógeno
24, a los centros emocional y sexual, el hidrógeno 12. Hasta aquí los cinco centros inferiores. Cabe aclarar que cuanto mayor sea el número asociado,
más pesado y menos enérgico será el combustible y, en consecuencia, más lento
funcionará el centro.
En
cuanto al centro emocional superior, requiere H12, mientras que el centro
mental superior, requiere H6.
Sin
embargo, la red de distribución de estas distintas clases de energía, funciona
de manera que acaba dificultando que cada centro pueda trabajar con el
combustible que necesita:
En
primer lugar, el centro sexual funciona más como un depósito de libre acceso
que como un centro de distribución, entregando la energía sin considerar quién
la requiera. Con esto, el H12 necesario
para tres centros, acaba escaseando para el centro emocional y el emocional superior. Con ello, limita el funcionamiento del
primero a las partes de él que pueden funcionar con menor atención. Se recomienda leer lo que dice Ouspensky con
respecto al funcionamiento de los centros y sus partes.[1]
En
segundo lugar, al poder solo actuar sin atención, o con atención atraída desde
afuera, el centro emocional queda privado de toda capacidad que pueda discernir
si las partes más nobles quedan satisfechas con las emociones las que se da rienda suelta y solo mira hacia
afuera, con lo que queda desligado de los centros superiores. A partir de allí, el cuerpo entero pasa a
depender de los intereses instintivos-motrices, a usar la energía sexual (H12)
solo para expresar negatividad o para el placer asociado a la reproducción de
la especie y el Ser superior queda
sujeto a expresarse muy al azar, ya que no puede controlar nada de lo que haga
el cuerpo físico.
Como
surge de esta breve descripción del funcionamiento del cuerpo, es preciso hacer
un esfuerzo para que todos los centros puedan funcionar plenamente con el
combustible que cada uno requiere por naturaleza. Si el depósito de la refinería es de libre
acceso, es necesario poner un responsable que discrimine su distribución
razonable. Y este responsable no existe
porque el hombre fue diseñado de ese modo: para que solo pueda acceder a sus
partes más elevadas (los dos centros superiores) solo si demuestra ser digno de
ello con la parte más alta de sus centros inferiores, es decir con su corazón.
“Por “corazón” no quiero
decir el trozo de carne situado a la izquierda del cuerpo, sino lo que usa
todas las demás facultades como sus instrumentos y sirvientes.” Al Ghazali
Esta
parte –el corazón– es, entonces la que se debe tratar de hacer funcionar
correctamente. Como la escasez del
combustible adecuado da origen al problema, al principio hay que comenzar por
crear un grupo de ‘yoes’ que trabajen dedicados a observar cómo funciona el cuerpo, qué hace, a qué ‘yoes’ les da
espacio, cuáles no, quién dentro de
nosotros queda frustrado por ello, etc.
En una palabra, hay que comenzar por crear un observador. Este observador, a quien la literatura del Cuarto Camino llama “mayordomo suplente,”
pronto atraerá la atención del corazón y hasta de los centros superiores que,
comprendiendo la oportunidad, tratarán de colaborar en la formación de un
verdadero mayordomo, capaz de intentar hacer más que solo observar y de tener
cierto dominio sobre lo que se hace.
“Aquellos que no
observen los movimientos de sus propias mentes deben, por necesidad, ser
infelices.” Marco
Aurelio
Este es el primer
paso. Continuaremos hablando de este
tema del embarazo espiritual.
HDF
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Páginas amigas:
http://bluelogic.tumblr.com/post/41547782669/what-is-life-a-little-shadow-running-across-the (en
inglés)
[1] “Psicología de la evolución posible del hombre,” quinta conferencia,
páginas 84 y siguientes de la versión electrónica en inglés.
[2] “En búsqueda de lo milagroso,” Capítulo 9, página 204 de la versión electrónica en inglés.
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