viernes, 17 de febrero de 2017

BOLETÍN MENSUAL DE LIVING PRESENCE Febrero de 2017

BOLETÍN MENSUAL DE LIVING PRESENCE




Febrero de 2017

Ángulos sobre la personalidad falsa y el ser inferior

La máquina humana fue diseñada en un nivel superior, y en el segundo estado de consciencia es imposible comprender la totalidad de su función en el momento.  En consecuencia, todas las escuelas del despertar proveen maneras de comprender y experimentar aspectos de su actividad. Al estudiar cada uno de estos bajo la guía de un maestro consciente, al estudiante se lo conduce a lo que está por encima –o detrás– de todos estos aspectos. Aunque esta unidad debe experimentarse para ser comprendida, se le han dado muchos nombres, incluyendo la consciencia, el cuarto estado, los centros superiores, la Presencia, el alma, el nirvana y el Ser.

En efecto, cada uno de estos –tanto los nombres dados a los estados superiores como a las descripciones de la máquina– se pueden ver como metáforas o símiles para aquello que no pude comprenderse en el segundo estado. Como un símil, consideremos una línea de dos dimensiones que dibuja un objeto tridimensional. Se pueden hacer muchos de esos dibujos desde ángulos diferentes. Los dibujos serán todos distintos y hasta pueden parecer muy contradictorios en dos dimensiones, pero cuando se experimenta el objeto tridimensional al cual todos se refieren, las diferencias y las contradicciones se resuelven.

En mi alma hay un templo, un santuario, una mezquita, una iglesia donde me arrodillo. Rabía

En el Cuarto Camino, la máquina humana se puede ver desde muchos ángulos, incluso, entre otras, las ideas como rasgos, tipos de cuerpo, centros, personalidad y esencia. La idea de la “personalidad falsa” empieza desde el punto de vista de que la máquina nace con una esencia que es relativamente estable, y que luego desarrolla una personalidad durante la vida que cubre la esencia tanto como la ropa cubre el cuerpo. La personalidad se divide, entonces, en personalidad verdadera, que refleja la esencia, y personalidad falsa, que oscurece la esencia. Según Ouspensky, la personalidad falsa es el propio retrato imaginario de sí mismo y, como tal, es la fuente de la negatividad, de la consideración interna, de las ideas falsas de sí mismo y así sucesivamente. Dado que el trabajo para despertar no se puede basar en la imaginación, con el fin de tener éxito ese trabajo debe empezar desde la personalidad verdadera.

La personalidad falsa es totalmente mecánica, así que es de nuevo la división entre consciente y mecánico. Esta parte mecánica de nosotros se basa, principalmente, en la imaginación sobre los puntos de vista equivocados de todo y, sobre todo, en una visión equivocada de nosotros mismos. Debemos darnos cuenta de cuánto estamos en poder de esta personalidad falsa y de cosas inventadas que no tienen existencia real, y debemos separar lo que depende de nosotros de lo que no depende de nosotros.
El cuarto camino, PD Ouspensky

El término “ser inferior” es más general, y enfatiza la idea de separarse en partes que son relativamente superiores e inferiores. En términos de personalidad, la personalidad falsa es inferior y la personalidad verdadera es superior. Más tarde en el propio desarrollo, la separación es entre la personalidad y la esencia. Todavía más tarde, es entre el segundo y tercer estado. Finalmente, es una separación de la conciencia de las funciones mecánicas, de separar los centros superiores de los cuatro centros inferiores, y de separar del Ser de todos los aspectos de la actividad de la máquina.

En el campo de batalla del alma, hay un choque constante entre
los soldados de los demonios y los ángeles, hasta que los ángeles toman la delantera.
Al Ghazali

Desde este ángulo –este punto de vista– el ser inferior ser puede ver como el enemigo de los estados superiores. Esto es porque el ser inferior es mecánico y, por definición, la actividad mecánica no es actividad consciente. Además, siendo mecánico, el ser inferior reacciona a las experiencias que uno tiene en los estados superiores de consciencia. Es decir, para cualquier experiencia consciente, habrá una reacción inconsciente, mecánica; si se falla en reconocer esa reacción por lo que es, uno perderá el estado superior. Se puede observar lo mecánico mientras se esté consciente, pero no se puede ser mecánico mientras se esté consciente.

Cuando se lo mira desde una visión más emocional y menos intelectual, el ser inferior se puede ver como una inteligencia demoníaca que permanentemente complota contra la Presencia. Totalmente mecánica o incansablemente complotando: ambas características parecen obstáculos implacables. Como tales, ambos puntos de vista son igualmente válidos y, dependiendo de la persona que los use y de las necesidades del momento, son igualmente útiles.

Aunque esta relatividad pueda confundirse con la mente “formatoria,” es esencial para comprender, o usar, cualquier idea sobre el despertar. Todas las ideas, como las descripciones y los nombres, son meramente puntos de vista; todas ellas. Ninguna es “real” –en el sentido de que ni ellas, ni lo que describen, son la experiencia misma– y, sin embargo, ninguna es “falsa.” Son todas relativamente ciertas, tal como cada dibujo bidimensional es cierto en algún sentido, pero es aun solo un punto de vista sobre la experiencia de un objeto tridimensional. El sentido no es si los ángulos son diferentes ni si son similares; ambos sirven meramente para mantenernos en el perímetro de la comprensión. El punto está en ver lo que cada ángulo revela, y en usar luego lo que funciona mejor en el momento. A su tiempo, uno llegará a percibir el lugar al que apuntan todos los ángulos; el lugar donde convergen y donde todas las diferencias y contradicciones se resuelven y uno está presente al todo.

He visto los Inmortales triunfar, y la Estrella de la Mañana
caminando divinamente entre ellos.
Textos egipcios: Salir mediante días

Girard Haven

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jueves, 16 de abril de 2015

EL EMBARAZO ESPIRITUAL (Parte 2)
























EL EMBARAZO ESPIRITUAL (parte 2)


Acabamos nuestra entrega previa con la frase: “El cuerpo es el ser inferior, pero también  contiene sitios reservados para partes nobles.  A ellas debe apelar para lograr ser rescatado de esta situación...”

Para entender esto, es necesario un breve resumen de cómo funciona el hombre y de cuáles son sus posibilidades de desarrollo.

El cuerpo humano tiene cinco funciones inferiores y dos superiores, y estas funciones usan distinto tipo de combustible.  Trabaja, en verdad, como lo puede hacer una refinería de petróleo, donde en el proceso de obtener el producto más refinado, se obtienen también subproductos más groseros.


“Lo que es necesario comprender y lo que la ‘tabla de hidrógenos’ nos ayuda a asir, es la idea de la completa materialidad de todos los procesos internos físicos, emocionales, volitivos, y demás, incluso de las más exaltadas inspiraciones poéticas, los éxtasis religiosos y las revelaciones místicas... Así vemos que nuestro organismo tiene las distintas clases de combustible necesarios para los diferentes centros. Los centros pueden compararse con máquinas que funcionan con combustibles de distintas calidades. Una máquina puede hacerse funcionar con residuo de petróleo  o petróleo  crudo. Otra requiere kerosén; una tercera no funcionará con kerosén sino con gasolina. Las sustancias finas de nuestro organismo se pueden caracterizar como sustancias de distintos puntos de combustión.” Peter D. Ouspensky[1]


Así, en una tabla donde se dan valores a los distintos hidrógenos o combustibles que usan los centros, vemos que al centro intelectual le corresponde funcionar con hidrógeno 48, a los centros motriz e instintivo les corresponde el hidrógeno 24, a los centros emocional y sexual, el hidrógeno 12.  Hasta aquí los cinco centros inferiores.  Cabe aclarar que cuanto mayor sea el número asociado, más pesado y menos enérgico será el combustible y, en consecuencia, más lento funcionará el centro.

En cuanto al centro emocional superior, requiere H12, mientras que el centro mental superior, requiere H6.

Sin embargo, la red de distribución de estas distintas clases de energía, funciona de manera que acaba dificultando que cada centro pueda trabajar con el combustible que necesita:

En primer lugar, el centro sexual funciona más como un depósito de libre acceso que como un centro de distribución, entregando la energía sin considerar quién la requiera.  Con esto, el H12 necesario para tres centros, acaba escaseando para el centro emocional y el emocional superior.  Con ello, limita el funcionamiento del primero a las partes de él que pueden funcionar con menor atención.  Se recomienda leer lo que dice Ouspensky con respecto al funcionamiento de los centros y sus partes.[1]

En segundo lugar, al poder solo actuar sin atención, o con atención atraída desde afuera, el centro emocional queda privado de toda capacidad que pueda discernir si las partes más nobles quedan satisfechas con las emociones  las que se da rienda suelta y solo mira hacia afuera, con lo que queda desligado de los centros superiores.  A partir de allí, el cuerpo entero pasa a depender de los intereses instintivos-motrices, a usar la energía sexual (H12) solo para expresar negatividad o para el placer asociado a la reproducción de la especie y el Ser superior queda sujeto a expresarse muy al azar, ya que no puede controlar nada de lo que haga el cuerpo físico.

Como surge de esta breve descripción del funcionamiento del cuerpo, es preciso hacer un esfuerzo para que todos los centros puedan funcionar plenamente con el combustible que cada uno requiere por naturaleza.  Si el depósito de la refinería es de libre acceso, es necesario poner un responsable que discrimine su distribución razonable.  Y este responsable no existe porque el hombre fue diseñado de ese modo: para que solo pueda acceder a sus partes más elevadas (los dos centros superiores) solo si demuestra ser digno de ello con la parte más alta de sus centros inferiores, es decir con su corazón. 

Por “corazón” no quiero decir el trozo de carne situado a la izquierda del cuerpo, sino lo que usa todas las demás facultades como sus instrumentos y sirvientes.” Al Ghazali

Esta parte –el corazón– es, entonces la que se debe tratar de hacer funcionar correctamente.  Como la escasez del combustible adecuado da origen al problema, al principio hay que comenzar por crear un grupo de ‘yoes’ que trabajen dedicados a observar cómo funciona el  cuerpo, qué hace, a qué ‘yoes’ les da espacio,  cuáles no, quién dentro de nosotros queda frustrado por ello, etc.  En una palabra, hay que comenzar por crear un observador.  Este observador, a quien la literatura del Cuarto Camino llama “mayordomo suplente,” pronto atraerá la atención del corazón y hasta de los centros superiores que, comprendiendo la oportunidad, tratarán de colaborar en la formación de un verdadero mayordomo, capaz de intentar hacer más que solo observar y de tener cierto dominio sobre lo que se hace. 


“Aquellos que no observen los movimientos de sus propias mentes deben, por necesidad, ser infelices.” Marco Aurelio




[1]Psicología de la evolución posible del hombre,” quinta conferencia, páginas 84 y siguientes de la versión electrónica en inglés.


[2]En búsqueda de lo milagroso,” Capítulo 9, página 204 de la versión electrónica en inglés.



viernes, 6 de marzo de 2015

EL EMBARAZO ESPIRITUAL




















EL EMBARAZO ESPIRITUAL 

El aliento de vida fue encerrado en la tierra, que fue embarazada por él como una mujer fecundada por el hombre.” (Kábbalah)

El conocimiento esotérico tiene cosas que quedan ocultas por la  tendencia del hombre común a satisfacerse con respuestas rápidas, sean o no acertadas.

En la cita con que comienza este artículo, por ejemplo, una parte de nuestro intelecto –que Peter Ouspensky[1] define como el “aparato formatorio”– tiende a satisfacerse con la definición de la palabra “tierra” que ya conoce (material que conforma el suelo, planeta que habitamos, etc.)

Esta parte, la más activa del centro intelectual en la gran mayoría de las personas, no alcanza para notar si alguna palabra esconde un significado importante, con lo que la comprensión de cualquier material esotérico se hace muy difícil.  

Para explicar esto, vamos  considerar un ejemplo que todos podamos entender sobre nuestra vida:

Los nueve primeros meses de vida transcurren dentro del vientre materno, como feto.  El feto se forma sumergido en líquido amniótico, un líquido que está conformado en más del 98% por agua.  Por lo tanto, toda la gestación se completa sumergido en agua.

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y la oscuridad estaba sobre la faz del abismo. Y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.” (Génesis 1:1-2)

En esta cita, con la cual comienza la Biblia, vemos tres palabras con un significado escondido: cielos, tierra y aguas.  Y como son palabras comunes en cualquier idioma, su significado escondido necesariamente convive con el significado ordinario.

Comencemos, entonces, por intentar discernir qué es la tierra.  Como se ha dicho, el cuerpo comienza su existencia sumergido en agua, por lo que se puede ensayar que un significado de la palabra tierra puede ser el cuerpo humano, la casa que debe habitar el “Espíritu de Dios que se movía sobre las aguas.” 

Y este cuerpo, según el Génesis fue creado junto con los cielos.

Estamos hechos del mismo material del que están hechos los ensueños y nuestra pequeña vida está rodeada por el sueño.” (Shakespeare, La Tempestad)

La literatura del Cuarto Camino destaca que al hombre le son posibles cuatro estados de consciencia (el sueño del cuerpo físico, el ensueño que llama vigilia, la consciencia de sí o manifestación del centro emocional superior y la consciencia objetiva o manifestación del centro mental superior), pero destaca que, normalmente, solo tiene acceso a los dos primeros.  Y también destaca que la razón por la que no tiene acceso a los dos estados más elevados, se debe a que no escucha a sus dos centros superiores: el hombre elige, habitualmente, escuchar solo a su ser inferior.

Por supuesto, si el cuerpo físico (o “la máquina,” como la llamaban Gurdjieff y Ouspensky) es el ser inferior, sus necesidades prevalecen.  Para que esto no ocurra, se debe hacer un esfuerzo, se debe recordar que existe un Ser superior (el que flotaba sobre las aguas en la concepción, sin el cual no habría vida.)

Con el nacimiento, el cuerpo entra en el mundo que conocemos.  Su Ser superior pronto se ve apabullado por la catarata de nuevas necesidades corporales (alimentarse, moverse, aprender a distinguir cosas nuevas y emociones, educarse, desarrollar su mente).  Es allí donde aprende a confundir la actividad mental y emocional con lo que imagina y toma la multitud de ‘yoes’  con que responde a los estímulos sin establecer escala alguna, salvo la del interés que despierten en su ser inferior que, así, toma el control. 

A partir de allí, la imaginación (no la creativa e intencional, sino la que responde a los miles de ‘yoes’) será su actitud característica.  Es en medio de estas aguas imaginarias donde puede ahogarse o aprender a flotar.  Al respecto, nótese cómo la Rueda de la fortuna, la carta X del tarot que intenta mostrar cómo cada ‘yo’ cambia cada tres segundos (cada respiración), está literalmente sostenida por agua. 

El cuerpo es el ser inferior, pero también  contiene sitios reservados para partes nobles.  A ellas debe apelar para lograr ser rescatado de esta situación, pero esto será motivo de una  próxima nota.




HDF




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[1] Ver “Psicología de la evolución posible del  hombre,” 5ª conferencia, descripción del “aparato formatorio,” página 84 de su versión digital en inglés, “The Psychology of Man’s Possible Evolution.”

viernes, 23 de enero de 2015

Recuerdo de sí, boletín de enero de 2015

Enero de 2015

















Los usos de la fricción

En las salidas al bosque de la niñez, tratábamos de aprender a hacer fuego frotando dos ramitas entre sí. La fricción entre superficies convierte la energía cinética (potencial) en energía térmica o fuego.

Cuando el fuego es fuerte, pronto se apropia de la materia que se amontona encima de él
y la consume, elevándose más por medio de este mismo material.
Marco Aurelio

La fricción puede surgir cuando nos molesten las circunstancias en cualquier momento: el cuarto demasiado caluroso, el tráfico demasiado lento, el amigo que no responde en el teléfono, o el talento frustrándose ante una tarea sin dimensión para él. Estas son fricciones ordinarias, pero otras ocurren como parte del trabajo sobre sí mismo; las veces que no somos capaces de encontrar un modo de recordarnos, la noche en que se pierde la lucha con el propio rasgo principal en la mesa de la cena, o un duda sobre nuestra capacidad de despertar.

Dos clases de beneficios se pueden lograr de la fricción.  Las fricciones más simples nos muestran un espejo de nosotros mismos.  A una persona le importa el tráfico lento, por estar centrada en el centro motriz, mientras que  un tipo emocional en el mismo automóvil puede apreciar la conversación al punto de estar distraído a una frenada.  Un pasajero taciturno puede ocasionarle fricción a un tipo emocional, en tanto que esto no es problema para la mayoría de los tipos instintivos y así sucesivamente.  Cuando la fricción comience a generar emociones negativas, podemos crear un choque en nuestro trabajo usando la situación como espejo.  Podemos separarnos de la fuente de la fricción, y seguirla hasta lo que sea que dentro de nosotros esté incómodo.  Es una buena manera de ver el propio tipo, debilidad principal y los topes habituales frente a la realidad.  Nuestro observador interior aprecia estos momentos de visión, para ver mejor aquello con lo que tiene que trabajar.

Haciendo del cuerpo la pieza inferior de madera y de la sílaba Om la pieza superior,
y por la práctica de la fricción de la meditación,
uno percibe al Ser luminoso.
Upanishads

Pero las fricciones pequeñas son difíciles de sostener y fáciles de eliminar mediante la expresión de emociones negativas.  Como una Niña Exploradora de nueve años, mi paciencia nunca duró lo suficiente como para crear fuego de verdad usando dos ramitas.

El sufrimiento importante es de otra categoría.  La fricción de este nivel ofrece posibilidades superiores: en vez de separar meramente al observador de los propios pensamientos, emociones e instintos, el sufrimiento real tiene el potencial para ocasionar que nosotros soltemos todo lo que somos y siempre fuimos.  El sufrimiento real pude transformarnos, creando un estado de muerte y renacimiento. La fricción es aquí un catalizador y no una herramienta; el sufrimiento puede disminuir, como una antorcha que simplemente enciende el nuevo estado.

El fuego por medio del cual se obtiene la fusión se produce con “fricción,” que a su vez
se produce en el hombre por la lucha entre el “sí” y el “no.”  Si un hombre da paso a todos sus deseos,
o los consiente, no habrá lucha interior en él, ninguna “fricción,” ningún fuego.
Pero si, en nombre de obtener un propósito definido, lucha con los deseos que lo estorban, entonces  creará un fuego que gradualmente transformará su mundo interior en un todo único.
P. D. Ouspensky


Rowena L.



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martes, 23 de diciembre de 2014

Recuerdo de sí, boletín de diciembre de 2014

Diciembre de 2014




















Valorar la presencia


La presencia no es un punto de vista. No es un pensamiento o una emoción. No es una energía palpable o un ‘yo.’ Es un estado invisible, independiente y sin palabras de pura consciencia.

Nuestras frentes sienten el ala afectuosa de una hora radiante que todo lo conoce.
Rainer Maria Rilke

Este estado es tan simple y discreto que al principio podemos fracasar en ver su significado. Hasta podemos fracasar en verlo en absoluto, porque la presencia generalmente surge por un segundo o dos antes de que desaparezca de nuevo, antes de que sea barrido por la imaginación.

Dios creó un espejo. Su rostro brillante, el corazón. Su dorso oscurecido, el mundo.
El dorso te gustaría si nunca hubieras visto el rostro.
Fariddudin Attar

Estamos tan acostumbrados y cómodos con la imaginación —con el firme torrente de los muchos ‘yoes’ e nuestros cuatro centros inferiores— que la presencia sin palabras es una experiencia extraña. Se nos tiene que enseñar cómo reconocer este estado, cómo permitirlo y, lo más importante, cómo sostenerlo.

En comparación con los muchos ‘yoes,’ la presencia parece intangible. Parece que no fuera nada, que no existiera. Y sin embargo, lo opuesto es verdad. La presencia sin palabras es lo más real de todo y puede hacerse permanente, en tanto que los muchos ‘yoes’ son superficiales y fugaces. Mientras que los ‘yoes’ siguen desplazándose unos a otros en un ciclo repetitivo de imaginación, la presencia puede permanecer preparada en un estado de atención dividida. Con una consciencia que se da cuenta, esta observa nuestros ‘yoes’ y nuestro entorno sin análisis, comentario o conclusión alguna.

La debilidad de la presencia es que puede, en cualquier momento, ser fascinada y atraída al torrente de la imaginación. A menos que sepamos esto y, a menos que estemos preparados por adelantado con ‘yoes’ de trabajo, la presencia puede estar inmersa en la imaginación por horas, días, semanas y hasta meses cada vez, al punto de que pasemos virtualmente toda nuestra vida en el segundo estado  consciencia. 

¿Cuál es el proceso para limpiar el espejo del corazón?
Es una batalla sin fin con el propio ego, cuyo propósito es distorsionar la realidad.
Ibn Arabi
 
La atracción y el tironeo de la imaginación son increíblemente convincentes y fuertes. Para separarnos repetidamente de la imaginación y establecernos en la presencia sin palabras, necesitamos gran sinceridad y determinación. Por sobre todo, necesitamos comprender que este estado simple es el significado oculto y el propósito de la vida sobre la tierra, como las escuelas objetivas lo han enseñado siempre.

Conozco al espíritu supremo, radiante como el sol más allá de la oscuridad.
 Quien lo conozca va más allá de la muerte, pues él es el único camino a la vida inmortal.
Upanishads




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